martes, 6 de noviembre de 2007

Recuerdos difusos


¿Quien de nosotros recuerda a todos los compañeros con los que estuvo en Cheste? Yo no. La memoria es muy puñetera y selectiva. Recuerdo los nombres y apellidos -gracias Ávila por las fotos y Alejo por los listados-; recuerdo vágamente los rostros de entonces; recuerdo algunas cosas, sobre todo después de que algunos las describierais tan acertadamente.

Sin embargo, el recuerdo debe de acentuarse cuando se ha regresado a Cheste, cuando se ha dormido en las literas de nuevo, cuando se ha deambulado por los porches arriba y abajo, cuando se ha respirado el intenso aroma de las adelfas en flor.

Creo que los compañeros que estuvísteis este verano en la laboral tenéis una deuda con el resto; escribirnos esos detalles en los que os fijásteis para reavivar la brasa de nuestra memoria.

Por cierto ¿Ninguno filmásteis un video con el móvil?

5 comentarios:

Jose Enrique dijo...

Buenos dias, aqui estoy yo otra vez, a ver si poco a poco se va "moviendo el cotarro".

En referencia a tu comentario de hoy, santiago, tengo q decir que cuando estuvimos alli la verdad es q se te vienen a la mente un monton de recuerdos. Como bien dijo un compañero (no recuerdo quien fue), es como si esa informacion estuviera almacenada en un rincon "del disco duro", y de repente se recuperara.

Una de las cosas q mas me llamo la atencion, y sobre todo porque desde que nos vinimos al terminar 8ºno habia ido, es q las distancias ya no me parecieron tan enormes como cuando estabamos alli de niños.

Os dejo proque tengo q currar....... un saludo y hasta la proxima.

JOSE MANUEL ALMUDI dijo...

Hola a todos,
Quiero añadir algún comentario relacionado con los recuerdos. Tiene que ver con la cantidad de pinos que se llegarían a plantar en la UNI. Lo cierto es que algunas partes se ven pobladas pero la sensación que tuve era que aquello no había servido de mucho. Lo siento por los de la legión verde (Alejo y otros que no me vienen a la cabeza). De todas formas hay que reconocer que el pino estandar no era una especie autóctona de la zona y posiblemente la propia naturaleza se encargó de hacer una selección natural. De esto también sabemos todos mucho por que algunos árboles duraban poco o no?
Venga animaros a estrujar vuestro disco duro.... Je,jejejejejejejej.
Un abrazo

alejo dijo...

¡Hola cormoranes!Ya estoy aquí de nuevo. Este fin de semana he coincidido con Bango Pérez y Barbero Basilio, en casa de Avila San Juan, el tío como siempre, se deshace en atenciones, además de su gran familia. Me gustaría que fuésemos más los que nos juntásemos de vez en cuando porque se disfruta, esos son los verdaderos placeres de la vida. Un abrazo a todos compañeros.

ElNegro dijo...

Hola compañeros.

La memoria es como un pequeño trastero sin estanterías, construido con materiales de baja calidad y donde la ventilación es escasa. No parece haber mucho espacio y sin embargo todas nuestras vivencias, todas, anécdotas del día a día y grandes acontecimientos; el recuerdo de unas buenas vistas y una breve visita al hospital; la sensación de un olor pasado y profundo y una sonrisa amable y cálida; una disculpa inesperada y una boda estropeada: un grito brusco y un viaje largo; todas van amontonándose ahí, sin ordenar. Los recuerdos más antiguos, los de la infancia, parecen estar debajo de la gran pila de historias e historietas más recientes, aplastándose debajo de éstos que recordamos mejor porque familiares y amigos, o lugares que seguimos frecuentando nos ayudan a recordar. Esos recuerdos de la infancia que nos ayudarían a conocernos mejor, ¿andeandarán?

Un día aparcas tu coche donde un día aparcaba un autobús que a medianoche te llevaba a ti y a otros niños de vuelta a la casa que no veías desde hacía tres meses.
Esperas tu turno en un comedor donde años atrás estabas empujando para ver si, oh perdición, esa noche también cenabas patatas con caldo.
Te acuestas en una litera en la que otro niño aguntaba sus últimas risas tras el apagón de luces, intentando evitar el castigo y la vara del tutor de guardia.
Vuelves a esconderte en un rincón en el que, mudo, le pediste a Dios que aquel guri que voceaba no te viera.
Te bañas en una piscina que, hace mucho tiempo, desprendía un intensísimo olor a cloro que se mezclaba con el aroma de las adelfas en el aire para anunciarte que el final de curso estaba próximo y que se aproximaba la mejor época del año: el verano.
Ese día, compartes el tiempo y bromas con las personas que, en esos mismos lugares, un día compartieron tus mismas rutinas, inquietudes y emociones. Y ese día descubres que el trastero mantiene casi intactos aquellos sentimientos que guardaste hace treinta años. El tiempo no ha destruido aquellos recuerdos, aquellas sensaciones.

Tus recuerdos increíblemente siguen ahí, y te recuerdan quién eres y cómo has llegado a convertirte en ti mismo.

Santiago Cabello dijo...

Resulta que esto crece día a día; cada vez somos más y nos leemos más. Amigo Negro, ¿quién se esconde tras ese nombre? Recuérdanos a todos tu santo y seña para seguir profundizando en ese pozo insondable de la memoria.